miércoles, 28 de julio de 2010

Un acto de coquetería

Hoy he visto a una señora de unos setenta y tantos meterse en la piscina con pareo.
Iba con bañador de un tenue estampado felino y pareo a juego. A mi lado, otras dos señoras de mediana edad, tumbadas en la hamaca lo comentaban con tono irónico dando por hecho que el problema de la señora eran las varíces.

Fueran varices, celulitis o flacidez, poco importa a mi modo de ver. Para mi lo realmente admirable es que esta señora, a su edad, no haya perdido las ganas de verse lo mejor posible en cada situación.
Y hablando de coquetería en edad avanzada, me viene a la cabeza Karl Lagerfeld, al que por cierto, tuve la ocasión de ver en el Soho en plena sesión fotográfica.



Creo firmemente que la indumentaria que viste Lagerfeld no persigue otro propósito que el de mantener tapadas las huellas del paso del tiempo. Los mitones nos impiden ver cuán arrugadas y manchadas están sus manos. Y el alzacuellos evita dejar al descubieo la flacidez del cuello.

Tanto la señora de la piscina como Lagerfeld, con sus actos de coquetería, (desmesurados para algunos y comprensibles para otros), dejan bien claro que se puede ser presumido a cualquier edad.
Yo me quedo con la ILUSIÓN que ambos demuestran seguir teniendo a su edad (y pese a ella).

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