jueves, 2 de diciembre de 2010

Relato de Invierno

Llevaba toda la tarde leyendo. Únicamente se levantó al caer la noche para correr las cortinas y prender una luz. Acto seguido volvió frente a la lumbre y se perdió entre las páginas del libro que llevaba horas devorando. Pasó unas hojas antes de llegar al final.
Complacida con el desenlace, cerró el libro y se perdió ensimismada contemplando las llamas del fuego.



 






Que puede haber más relajante que sentarse frente a la lumbre y perder la noción del tiempo contemplando el fuego.

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